domingo, 13 de marzo de 2011

De mi pieza a su pieza

Muchas madres me encontrarán razón, el hecho de que su hijo se vaya de la pieza en un hito importante en la vida familiar, traducido en independencia personal, de pareja y familiar por supuesto. Muchos especialistas hablan de la importancia del vínculo madre-hijo, de que los primeros 6 meses son fundamentales en su formación y todas esas cosas y yo como madre y psicóloga sentía que era una responsabilidad aún mayor, debido a que tenía que ser ejemplar.
Aún recuerdo el primer día en que mi gorda durmió fuera de mi metro cuadrado, lejos de mi psicosis nocturna de saber si respira o no, si se mueve, sino le tapa el pañal su cara, si tienen hambre, etc.
Me empecé a preparar más de un mes antes, leí todo los artículos científicos como cualquier cosa de dudosa fuente que encontrara en internet. Y comencé mi “entrenamiento”, como decidí llamar a este proceso, ya que no estaba dispuesta a  sacarla después de los 5 años, no siendo ese el problema, sino que se acompaña de una culpa tremenda de los padres, peleas de pareja, más una cuota importante de ansiedad para el niño.
Sin  duda que todo ese proceso es fuerte, pero claramente para mí fue más fuerte que para ella, me preocupé de leer todo en relación a ella, y nunca imagine que el verdadera “trauma” lo iba a vivir yo, ya que las primeras noches sentía que faltaba algo de mí, recordaba todos esos meses en mi útero… en mi vida, mientras ella estaba feliz durmiendo como en cuna, al parecer mi entrenamiento fue un éxito, pero yo no estaba preparada para que no me necesitara en las noches.
Considero que las madres necesitamos ese vínculo, muchas veces forzado “la función del hijo”, para sentirnos completas, ser alguien en el mundo y sentirnos realizadas, y con excusas como “mi guagua aún no estás preparada”, perdón pero la que no está preparada es uno y aplazamos ciertos procesos que para ellos son normales hasta volverlos patológicos con tal de que mi guagua dependa de mí.  Sin duda que la relación madre e hijo es un proceso fuerte y a muchas mujeres realmente las supera psicológicamente, pero creo fielmente que si uno siguiera sus instintos más que lo que dice los libros, charlas, “especialistas”, familia y amigas, todo sería más fácil.
Pero como somos mujeres y la maternidad es tan importante que no resistimos y terminamos consumiendo todo el material que está disponible para madres como yo que sueñan con ser la mejor mamá del mundo, cuando un hijo lo que necesita es que tu simplemente “seas”  su madre.

María Paz Aguilera O.
Psicóloga Clínica
Apego, Lactancia y Crianza
Cel: 90153162

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